Si la relación con tu pareja está en la cuerda floja o si tu trabajo peligra por la inquietud de enfrentarte a tu jefe cada día, es posible que estés rodeada de hombres tóxicos. La doctora norteamericana Lillian Glass nos enseñan a marcar distancias
- Ojo. Según la autora del libro, hay diferentes tipos de hombres que son nocivos para las relaciones, detectarlos significa un camino hacia la felicidad. Fotos: Vanguardia-Archivo
ESPAÑA.- Estrellas de cine, cantantes, modelos, licenciadas universitarias, expertas en finanzas, mujeres de políticos, abogadas e, incluso, psicólogas han tenido que lidiar alguna vez en casa con hombres tóxicos, porque ni un alto nivel cultural ni el ser expertas en conflictos humanos en el terreno profesional, exime de sufrirlos, resalta Glass en su ensayo “Hombres tóxicos”.
La experta define al "hombre tóxico" como "aquel que te provoca emociones negativas, que se porta mal contigo o no te trata bien, o aquel que te hace sentir mal contigo misma, lo que afecta a tu comportamiento y autoestima. Puede ser tanto un familiar, como un marido, un novio, un amante o cualquier hombre que forme parte de tu vida personal, social, profesional o de tu entorno laboral".
Autora del bestseller “Relaciones tóxicas”, en el que acuñó internacionalmente el término “gente tóxica”, está considerada como una de las mejores especialistas mundiales en la identificación y tratamiento de este tipo de personas y, entre sus colaboraciones literarias, destaca una columna mensual sobre el lenguaje corporal que se publica en la revista Cosmopolitan de EU.
Cómo descubrir a un hombre tóxico
“Para todas las mujeres que han derramado lágrimas o han sufrido porque un hombre tóxico les ha roto el corazón, algún hueso e, incluso el alma; sus voces han sido escuchadas y nunca más volverán a ser silenciadas, porque después de esta lectura se sentirán iluminadas y poderosas para siempre”, argumenta Glass en la introducción de su ensayo.
Tanto si está preocupada por su próxima cita amorosa como si permanece atrapada en las redes de un hombre tóxico, la experta cuenta qué dicen, cómo se expresan verbalmente, como son sus gestos no verbales y cuáles son sus perfiles, para que pueda dejar atrás esas relaciones disfuncionales y pueda encontrar el verdadero amor con una relación sana y plena.
Y es que "la psicología demuestra que las palabras de una persona significan tan solo el 5 por ciento del conjunto de sus signos comunicativos, a los que hay que añadir sus gestos corporales y la expresión de su rostro", comenta la experta.
Once tipos de hombres tóxicos
La comunicadora nos muestra once tipos de hombres tóxicos, desde el “competidor celoso”, al “volcán pasivo-agresivo engañosamente tranquilo pero a punto de entrar en erupción”, pasando por el “sabelotodo arrogante y presuntuoso”, “el mentiroso seductor, manipulador e infiel”, el “obseso del control, furioso y déspota” o el “metomentodo cizañero y traidor”.
Tampoco se olvida del “víctima autodestructivo que lo ve todo negro", del “espantapájaros débil y sin iniciativa”, del “narcisista egocéntrico cuyo lema es yo, mi, me, conmigo”, del “congelador emocional”, o del "sociopsicópata", el más tóxico y peligroso de todos, "del que hay que huir como de la peste".
En su ensayo, Lilllian Glass afirma, no obstante, que no todos los hombres son tóxicos para todo el mundo, ya que cada mujer tiene sus alergias particulares y ciertas personalidades masculinas que no son capaces de tolerar, mientras que otro tipo de fémina puede considerarle su “alma gemela”, en función de su “impronta”, es decir, de los modelos masculinos adoptados durante su infancia y adolescencia.
Por este motivo, una mujer puede aborrecer a los hombres callados o los que evitan siempre el conflicto, mientras que otra puede disfrutar con ese silencio; también puede sorprender que su mejor amiga disfrute con el jactancioso y ególatra de su marido, alguien a quien usted no puede soportar.
Así, una vez identificado los tipos de hombres a los que es alérgica, mediante un cuestionario que la propia Lillian Glass propone en su ensayo, tiene que estar atenta para detectarlos de inmediato y evitarlos a toda costa si aparecen en su vida, o establecer límites si, por desgracia, trabajan con usted.
‘Líneas rojas’ que nunca hay que traspasar
Lilllian Glass es muy rotunda con una advertencia que hay que tomarse siempre al pie de la letra, porque traspasa la “línea roja”: “hay que abandonar siempre a un hombre en el preciso momento en que te suba la voz o intuyas una agresión verbal porque, tras ella, siempre sobrevendrá un mal trato emocional y, luego, una agresión física.”
Otra de las advertencias es que “las personas nunca cambian” y advierte a las mujeres que, aunque hayan encarrillado la vida de niños problemáticos como educadoras o hayan curado a pacientes con problemas psicológicos, nunca podrán cambiar a su pareja, “porque los papeles y las reglas de juego son diferentes en el hogar”, recalca.
Tras aportar todo tipo de informaciones sobre los hombres tóxicos para detectarlos, Glass aporta herramientas sobre cómo poder convivir con él, si la mujer así lo desea, pero también da los remedios para curarse de un hombre tóxico si su decisión es la huida como respuesta.
En este sentido, Glass aconseja no sufrir en silencio, sino pedir apoyo a familiares y amigos o a algún líder religioso, si es creyente, asegurándose siempre de que las personas en la que confía sepan guardar secretos.
Para los primeros momentos en los que el mundo se derrumba, Lillian Glass propone unos consejos prácticos para aliviar el dolor emocional, "que, aunque te parezcan raros, en los primeros momentos, funcionan”, asegura la experta.
Así, sugiere salir a comer, beber con moderación y divertirse, encontrar a alguien que le dé cariño, siempre que tenga claro que es un “hombre de transición”, en caso de que se convierta en su amante; darse un masaje, rodearse de colores brillantes, reconfortarse con el cotilleo de las revistas del corazón, hacer manualidades y pasar el tiempo con seres vivos, tanto personas como mascotas.
También aconseja hacer algo que siempre quiso hacer pero que aún no se había atrevido, reírse todos los días, llevar un diario de lo que le sucede en esos momentos, recordar todas las alegrías que le ha dado la vida y amar absolutamente todo lo que le ha ocurrido en la existencia.
La experta define al "hombre tóxico" como "aquel que te provoca emociones negativas, que se porta mal contigo o no te trata bien, o aquel que te hace sentir mal contigo misma, lo que afecta a tu comportamiento y autoestima. Puede ser tanto un familiar, como un marido, un novio, un amante o cualquier hombre que forme parte de tu vida personal, social, profesional o de tu entorno laboral".
Autora del bestseller “Relaciones tóxicas”, en el que acuñó internacionalmente el término “gente tóxica”, está considerada como una de las mejores especialistas mundiales en la identificación y tratamiento de este tipo de personas y, entre sus colaboraciones literarias, destaca una columna mensual sobre el lenguaje corporal que se publica en la revista Cosmopolitan de EU.
Cómo descubrir a un hombre tóxico
“Para todas las mujeres que han derramado lágrimas o han sufrido porque un hombre tóxico les ha roto el corazón, algún hueso e, incluso el alma; sus voces han sido escuchadas y nunca más volverán a ser silenciadas, porque después de esta lectura se sentirán iluminadas y poderosas para siempre”, argumenta Glass en la introducción de su ensayo.
Tanto si está preocupada por su próxima cita amorosa como si permanece atrapada en las redes de un hombre tóxico, la experta cuenta qué dicen, cómo se expresan verbalmente, como son sus gestos no verbales y cuáles son sus perfiles, para que pueda dejar atrás esas relaciones disfuncionales y pueda encontrar el verdadero amor con una relación sana y plena.
Y es que "la psicología demuestra que las palabras de una persona significan tan solo el 5 por ciento del conjunto de sus signos comunicativos, a los que hay que añadir sus gestos corporales y la expresión de su rostro", comenta la experta.
Once tipos de hombres tóxicos
La comunicadora nos muestra once tipos de hombres tóxicos, desde el “competidor celoso”, al “volcán pasivo-agresivo engañosamente tranquilo pero a punto de entrar en erupción”, pasando por el “sabelotodo arrogante y presuntuoso”, “el mentiroso seductor, manipulador e infiel”, el “obseso del control, furioso y déspota” o el “metomentodo cizañero y traidor”.
Tampoco se olvida del “víctima autodestructivo que lo ve todo negro", del “espantapájaros débil y sin iniciativa”, del “narcisista egocéntrico cuyo lema es yo, mi, me, conmigo”, del “congelador emocional”, o del "sociopsicópata", el más tóxico y peligroso de todos, "del que hay que huir como de la peste".
En su ensayo, Lilllian Glass afirma, no obstante, que no todos los hombres son tóxicos para todo el mundo, ya que cada mujer tiene sus alergias particulares y ciertas personalidades masculinas que no son capaces de tolerar, mientras que otro tipo de fémina puede considerarle su “alma gemela”, en función de su “impronta”, es decir, de los modelos masculinos adoptados durante su infancia y adolescencia.
Por este motivo, una mujer puede aborrecer a los hombres callados o los que evitan siempre el conflicto, mientras que otra puede disfrutar con ese silencio; también puede sorprender que su mejor amiga disfrute con el jactancioso y ególatra de su marido, alguien a quien usted no puede soportar.
Así, una vez identificado los tipos de hombres a los que es alérgica, mediante un cuestionario que la propia Lillian Glass propone en su ensayo, tiene que estar atenta para detectarlos de inmediato y evitarlos a toda costa si aparecen en su vida, o establecer límites si, por desgracia, trabajan con usted.
‘Líneas rojas’ que nunca hay que traspasar
Lilllian Glass es muy rotunda con una advertencia que hay que tomarse siempre al pie de la letra, porque traspasa la “línea roja”: “hay que abandonar siempre a un hombre en el preciso momento en que te suba la voz o intuyas una agresión verbal porque, tras ella, siempre sobrevendrá un mal trato emocional y, luego, una agresión física.”
Otra de las advertencias es que “las personas nunca cambian” y advierte a las mujeres que, aunque hayan encarrillado la vida de niños problemáticos como educadoras o hayan curado a pacientes con problemas psicológicos, nunca podrán cambiar a su pareja, “porque los papeles y las reglas de juego son diferentes en el hogar”, recalca.
Tras aportar todo tipo de informaciones sobre los hombres tóxicos para detectarlos, Glass aporta herramientas sobre cómo poder convivir con él, si la mujer así lo desea, pero también da los remedios para curarse de un hombre tóxico si su decisión es la huida como respuesta.
En este sentido, Glass aconseja no sufrir en silencio, sino pedir apoyo a familiares y amigos o a algún líder religioso, si es creyente, asegurándose siempre de que las personas en la que confía sepan guardar secretos.
Para los primeros momentos en los que el mundo se derrumba, Lillian Glass propone unos consejos prácticos para aliviar el dolor emocional, "que, aunque te parezcan raros, en los primeros momentos, funcionan”, asegura la experta.
Así, sugiere salir a comer, beber con moderación y divertirse, encontrar a alguien que le dé cariño, siempre que tenga claro que es un “hombre de transición”, en caso de que se convierta en su amante; darse un masaje, rodearse de colores brillantes, reconfortarse con el cotilleo de las revistas del corazón, hacer manualidades y pasar el tiempo con seres vivos, tanto personas como mascotas.
También aconseja hacer algo que siempre quiso hacer pero que aún no se había atrevido, reírse todos los días, llevar un diario de lo que le sucede en esos momentos, recordar todas las alegrías que le ha dado la vida y amar absolutamente todo lo que le ha ocurrido en la existencia.
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